La última calada.

Abrió la puerta despacio, sin hacer ruido. Las luces estaban apagadas pero de fondo se oía lo que parecía ser el murmullo de un televisor.
-Quédate aquí –susurró la chica a su acompañante.
Se acercó hasta el salón y vio una figura mirando embobada la película que ponían en la tele.
-Llegas tarde, Jackelyn –canturreó.
-¿Y mamá y papá?
-Salieron.
-Bien –se acercó al mando de la televisión y la apagó.- Los lunnis salieron hace tiempo, Jimmy: a la cama.
El muchacho se levantó y se dirigió a la puerta.
-Si papá se entera de que llegas tarde y de que encima traes un chico…
-Duérmete, enano, mañana te hago los deberes.
Jimmy sonrió satisfecho mientras subía las escaleras hacia su dormitorio.
-Hermanos… -se lamentó Jacky.- Puedes pasar –informó en un tono algo más elevado.
-¿Seguro?
-Sí.
El interpelado cerró la puerta con sumo cuidado para no llamar la atención del enano durmiente y así tener intimidad de una vez por todas.
-¿Quieres beber algo? –preguntó Jacky.
-Tu saliva.
Ella sonrió con picardía.
-Pues ven a buscarla.
Sin necesidad de repetirlo dos veces, el chico se abalanzó sobre ella, aferrándose a su cabello con fuerza mientras pasaba su lengua por el frágil cuello de la muchacha. Ella se estremeció de placer mientras se mordía el labio inferior ya sin pintalabios. Bajó sus manos por el pecho de él, en un desesperado intento por llegar por fin hasta el final de la camiseta y poder arrebatársela. Lo consiguió a la vez que él empezaba a desabrocharse el cinturón sin darse cuenta de que ella aún estaba vestida. Cuando reparó en ello, llevo su boca a los botones medio desabrochados de la camisa de Jacky e introdujo su lengua por el hueco que dejaban, recorriendo así el comienzo de sus pechos aún protegidos. Ella, enloquecida, recordó su propósito y comenzó a llevarlo a cabo: le empujó contra el sofá, cayendo sobre él y notando su excitación sobre su sexo palpitante a la vez que se quitaba la camisa a tirones. Él, con los ojos desorbitados, forcejeaba con su cinturón. Sus respiraciones acompasadas se perdían entre un caos de gemidos. Jacky bajó sus labios hasta el cuello de Alex y empezó a succionar. Notó cómo cada vez su excitación iba a más y se apresuró a contonear sus caderas, rozando su sexo alrededor de aquel músculo pasional. Alex consiguió desabrochar su cinturón y su próxima víctima fue el sujetador de Jacky que, todo lo contrario a su cinturón, no se resistió. Tiró de la chica hacia atrás, se deshizo del sujetador y comenzó a mordisquear sus pezones y a masajear sus pechos. Ella gimió mientras seguía moviéndose sobre él, sin importarle que la gente la escuchara gritar: ya pensaría alguna excusa… mucho más tarde. Alex dejó a un lado su presa y se concentró en la minifalda tan sugerente que llevaba Jacky, imaginándose qué habría tras ella. Después de echarle una mirada, alzó la vista hacia la chica, dedicándole una mirada de lo más sensual. Ella entendió al vuelo lo que quiso decirle: se levantó, se alejó un poco y encendió la cadena de música. Sonaba una canción lenta cuando empezó a desabrocharse la falta ante Alex. Con movimientos sugerentes, levantó al chico y lo sentó en una silla. Ella quedó de espaldas a él mientras su falda iba bajando por el mulso. Alex pudo ver su tanga negro, perfecto para la ocasión, pidiéndole a gritos que se lo llevase consigo. Así fue: se abalanzó sobre la chica, pegó su trasero a su sexo y metió su mano por la parte delantera de aquella pieza tan excitante. Ella sintió cómo él introducía su dedo índice lentamente por aquella abertura y a la vez iba haciendo resbalar su tanga. Gritó escandalosamente, pero Alex le tapó la boca antes de que alguien bajara a ver por qué había tanto griterío.
-Shh –le susurró al oído.
Luego, dejó que su lengua recorriera cada línea de aquel cuello antes de volver a dirigirse hacia ella.
-Siento mucho haberte llamado princesita de papel la otra noche, tigresa, no creí que fueras tan… fogosa. No me arrepiento de haberte dado otra oportunidad.
Jacky sacó la punta de la lengua y la pasó por la mano de Alex, en un intento de que él la liberara. Éste sacó su dedo índice aquella abertura, quitó la mano de la boca de Jacky y le arrancó el tanga de un tirón.
-Te aseguro que no te arrepentirás –dijo ella en un susurro mientras se giraba hacia Alex y se acuclillaba ante el botón de su pantalón.
Él sonrió, complacido de que hubiera adivinado su pensamiento. Jacky aprisionó el botón entre sus dientes mientras empujaba su barbilla contra el punto de excitación de él. Este agarró con fuerza el pelo de Jacky mientras gemía de placer. Una vez hubo desabrochado el pantalón, se irguió y le lanzó a Alex una mirada de complicidad. Se agachó de nuevo y sacó del bolsillo de él un preservativo. Lo abrió y se lo tendió al chico, quien negó con la cabeza.
-Hagamos bien las cosas, ¿no?
Ella se mordió el labio y asintió. Le señaló las escaleras y él no tardó en subirlas detrás de Jacky. La tiró a la cama con furia, se quitó los boxers y se puso el condón. Luego, se abalanzó sobre ella, moviéndose hacia arriba y hacia abajo acompasadamente sin penetrarle. A Alex le gustaba mucho jugar con su presa. Jacky no tuvo tiempo de gritar pues él metió su lengua en su boca mucho antes de empezar siquiera. Consiguió liberarse de su boca y miró el reloj. Sonrió complacida, se colocó encima de Alex y se levantó de la cama.
-¿Se puede saber qué coño haces? –gritó Alex, enfadado.
-Lo siento, cielo, la carroza de la princesita Cenicienta cierra a las doce –dijo Jacky aún sonriendo.- Puedes irte.
Abrió la puerta y le lanzó los calzoncillos a la cara.
-Que te diviertas, principito.
Alex salió furioso de su cuarto y Jacky pudo oír cómo seguía relatando escaleras abajo. Luego, un portazo para cerrar la noche con broche de oro. Bajó a recoger su ropa y lo dejó todo tal como estaba antes. Subió y se acostó en su cama, feliz a pesar de no poder dormir. Poco después, sonó el móvil. Era Alex.
-Oye, que siento haberme ido así. Me lo merecía, sí. ¿Me das otra oportunidad? –dijo esperanzado.

-Oh, lo siento, nunca repito dos veces con el mismo. Chaíto –colgó.



Con las mismas, encendió un cigarrillo y lo dejó en el cenicero, consumiéndose igual que la calentura de su querido Alex.

5 comentarios:

  1. Amoree!!!<3
    me encanta lo sabias??? me lo paso super bien leyendo y no veas que cortada le mete me encanta!!!
    Te amoso(L)

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  2. Joder, diria que me encanta, pero es que realmente, un poco mas y me corro xDDDDDDD
    Tia, no me toques la fibra sensible QUE MI ALEX NO ESTÁ¬¬
    jm, sigue escribiendome cosas de estas que sabes que me flipan.
    Te quiere la perdedora de los baules (L)

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  3. Oh Dios... Lo mismo que Losing Girl, me has dado mucho morbo.
    Y me encanta Jacky, por que en el fondo es el tipo de chica que buscan los tíos, una que les sepa parar los pies jaja


    :)

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  4. soy el del bocataa, infantil! xD
    oohh tenias razon menudo "capitulo" xD me ponia y to xDDD
    que tia mas pornosa la jackelyn jajaja me mola xDDD

    elijo SAW! xDD

    un abrazo!

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  5. Chacho, menuda cortada de rollo, pero quéeeeeeee texto más cachondo x_x
    Me encanta :3

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