Hoy Janisse tiene un día de perros

Hoy es un mal día. Llueve; es esta lluvia fina que no empapa pero molesta. No tenía paraguas, así que volvió a casa seguida por mil pequeñas gotitas que le humedecían el flequillo, pero que no alcanzaban a traspasar la capucha de su nueva sudadera que protegía el resto de su rubia melena. Las gotas le resbalaban por la cara, corriendo el rímel mejillas abajo, como un tobogán de piscina hace correr el agua empujando a juguetones niños en un caluroso día de verano. Pero ese día no era ninguna de esas dos cosas, es más, era un día de perros. Su estado de ánimo no era mucho mejor. Tenía la semana repleta de exámenes, la mochila cargada de deberes y el corazón, ese pequeño órgano que nos hace estar vivos, arrugado, roto y pisoteado. La lluvia no cesaba, sino más bien se acentuaba. Sus convers grises eran ya negras y sus mejillas iban por el mismo camino. Los ojos color azul claro estaban enrojecidos a causa del agua, pero no precisamente de la que caía de las nubes. Bajo las pestañas inferiores se adivinaba lo que eran restos de un lápiz de ojos azul oscuro. Las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, dejando al aire el flequillo ladeado, aún húmedo y un colgante con un candado plateado en medio del pecho. Aún lo llevaba, después de una semana, después de seis meses justos, ni un día más ni uno menos. No sabía cuánto tiempo llevaba caminando bajo aquella llovizna convertida en casi diluvio ni tampoco le importaba: sus padres no estarían en casa, como de costumbre, y además no es allí donde se dirigía.
La lluvia cesó alrededor de unos diez minutos más tarde, cuando Janisse estaba ya sentada bajo la copa de un roble y junto a un hoyo mal cavado. Detrás de este, grabadas con navaja sobre la corteza del árbol, había unas palabras, dos nombres, 'Adam&Janisse', junto a un corazón pintado de rojo, un color gastado, desganado, desangrado. Sí, sin duda ese era el lugar donde yacía el motor de vida de la joven, el causante de su alegría, de su amor, de su respirar y latir. Ahí yacía el corazón de Janisse, enterrado en lo más profundo del olvido de Adam.

Hoy Janisse está triste.

1 comentario:

  1. Las cosas acaban por ser superadas. Dímelo a mi si no.
    Con un novio muerto, y otro que ni es novio ni es nada.

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